La sanación ocurre cuando llegamos a la realización de que no hay nada que sanar, pero la verdadera sanación sucede en el cuerpo. Siente tus emociones para sanarlas.
La sanación ocurre cuando llegamos a la realización de que no hay nada que sanar.
Pero para la mayoría de nosotros, llegar a esta conciencia puede ser un viaje largo y doloroso con muchos altibajos. El dolor, la confusión y la insatisfacción que experimentamos son mensajeros de nuestra necesidad de volver a nuestra verdadera esencia. Cuando sanamos y reintegramos todas las partes de nosotros mismos en nuestra conciencia, reclamamos nuestro poder femenino y comenzamos a crear lo que estamos destinados a crear en esta vida.
El rol de un sanador es sostener el espacio para las partes de ti que aún están atrapadas en un trauma del pasado o en una historia antigua, de manera que tu propia energía femenina pueda comenzar a expresarse, mientras tu energía masculina interna observa el proceso. Tú eres tu propia sanación. Encarnas energía femenina y masculina dentro de ti, sin importar tu género.
Cada ser humano en esta tierra tiene algo que sanar porque, como especie, aún experimentamos mucho sufrimiento. Somos uno, aunque estemos jugando un juego donde creo que soy Silvana y tú crees que eres tú, y es a través del reconocimiento de nuestra unidad que nos sanamos a nosotros mismos y al mundo. Hasta que cada ser humano en este planeta esté libre de sufrimiento, ninguno de nosotros será verdaderamente libre.
Entonces, ¿cómo nos sanamos a nosotros mismos y al planeta? ¿Cómo entramos en nuestro propósito? ¿Cómo nos convertimos en las versiones más creativas de nosotros mismos? ¿Cómo nos liberamos del sufrimiento?
Recordando tu verdadera naturaleza, reclamando tu poder y siendo el universo único que cada uno de nosotros es.